Tradicionalmente han formado parte de la
llamadas “neurosis histéricas”. Este trastorno se caracteriza principalmente
por la perdida o alteración de una función corporal debido a conflictos
psicológicos y no a una causa orgánica. Pueden estar afectados una o varias
funciones corporales (perdida de sensibilidad, mareos, incapacidad de movimiento,
dolor, ceguera...etc). Los síntomas no responden a una actitud de simulación
consciente e intencionada y están relacionados con problemas psicológicos.
El trastorno conversivo motor necesariamente implica una pérdida o cambio en
el funcionamiento físico que está temporalmente asociado a un conflicto
psíquico. Los criterios específicos de clasificación de el DSM IV para este
trastorno son:
Uno o más síntomas o déficits que afectan las funciones motoras
voluntarias o sensoriales y que sugieren enfermedad neurológica o médica.
- Se considera a los factores psicológicos como asociados al cuadro por su relación con inicio o exacerbación.
- El síntoma no es producido intencionalmente ni es simulado.
- El síntoma no se explica por una enfermedad médica, por los efectos directos de una sustancia o por un comportamiento o experiencia culturalmente normales.
- El síntoma o déficit provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del sujeto, o requieren atención médica.
- El síntoma no se limita a dolor o disfunción sexual, no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno de somatización y no se explica mejor por la presencia de otra enfermedad mental.
Dicho de otra manera, el trastorno conversivo motor se manifiesta con
síntomas de alteración de la coordinación psicomotora y/o el equilibrio,
parálisis o paresia localizada, movimientos anormales, dificultad al deglutir,
sensación de globus faríngeo, afonía y/o retención urinaria, y constituye la
expresión física, no consciente, de un conflicto o problema psicológico
subyacente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario