En el pasado, este trastorno recibía el nombre de histeria. Consiste en la aparición de numerosos síntomas físicos que comienzan antes de los 30 años y causan un mal funcionamiento en la vida de estas personas. Durante la exploración médica no aparece ninguna enfermedad o bien si aparece alguna no explica todos los síntomas. Para que se diagnostique el trastorno es necesario que se cumplan todos estos criterios:
- Dolor en cuatro zonas diferentes (por ejemplo, cabeza, abdomen, espalda y pecho) o en cuatro funciones diferentes (por ejemplo, dolor menstrual, dolor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales, etc.).
- Dos síntomas gastrointestinales diferentes del dolor (por ejemplo, náuseas y vómitos).
- Un síntoma sexual y reproductivo que no sea dolor.
- Un síntoma psiconeurológico (por ejemplo, parálisis, afonía, retención urinaria... de origen psicológico).
Cualquier parte del cuerpo puede verse afectada, y entre los síntomas que pueden aparecer se encuentran: dolores de cabeza, náuseas, vómitos, hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento, dolor menstrual, fatiga, desvanecimientos, coito doloroso, pérdida del deseo sexual, dolor al orinar, problemas de erección o eyaculación, síntomas psiconeurológicos. Es habitual que estas personas padezcan también ansiedad y/o depresión.
Suelen describir sus síntomas como insoportables o lo peor que se pueda imaginar y a menudo se vuelven dependientes y manipuladores en sus relaciones y exigen atención y cuidados, llegando a enfadarse si los demás no satisfaces sus necesidades. No suelen ser conscientes de que su problema principal es psicológico y buscan ayuda médica. Aunque a veces su síntomas les reporten ganancias secundarias, no es raro que se sientan culpables y duden de su capacidad y valor personal.
Ejemplo de caso: Susana era una chica de 15 años que había padecido durante dos años los siguientes síntomas: dolores corporales, fatiga, fiebre, dolores de cabeza, diarrea, náuseas, dolor articular, dolor al orinar y menstruaciones irregulares. Los análisis médicos fueron normales, no apareciendo ninguna enfermedad física. En un principio negó padecer una situación estresante o haber sido víctima de algún trauma psíquico.
Sin embargo, más tarde se decidió a revelar una historia de abuso sexual por parte de su hermano y la pareja de su madre y violencia doméstica durante años. Sus síntomas eran debidos al intenso malestar provocados por los abusos y el ambiente de violencia que debía mantener en secreto.
- Dolor en cuatro zonas diferentes (por ejemplo, cabeza, abdomen, espalda y pecho) o en cuatro funciones diferentes (por ejemplo, dolor menstrual, dolor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales, etc.).
- Dos síntomas gastrointestinales diferentes del dolor (por ejemplo, náuseas y vómitos).
- Un síntoma sexual y reproductivo que no sea dolor.
- Un síntoma psiconeurológico (por ejemplo, parálisis, afonía, retención urinaria... de origen psicológico).
Cualquier parte del cuerpo puede verse afectada, y entre los síntomas que pueden aparecer se encuentran: dolores de cabeza, náuseas, vómitos, hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento, dolor menstrual, fatiga, desvanecimientos, coito doloroso, pérdida del deseo sexual, dolor al orinar, problemas de erección o eyaculación, síntomas psiconeurológicos. Es habitual que estas personas padezcan también ansiedad y/o depresión.
Suelen describir sus síntomas como insoportables o lo peor que se pueda imaginar y a menudo se vuelven dependientes y manipuladores en sus relaciones y exigen atención y cuidados, llegando a enfadarse si los demás no satisfaces sus necesidades. No suelen ser conscientes de que su problema principal es psicológico y buscan ayuda médica. Aunque a veces su síntomas les reporten ganancias secundarias, no es raro que se sientan culpables y duden de su capacidad y valor personal.
Ejemplo de caso: Susana era una chica de 15 años que había padecido durante dos años los siguientes síntomas: dolores corporales, fatiga, fiebre, dolores de cabeza, diarrea, náuseas, dolor articular, dolor al orinar y menstruaciones irregulares. Los análisis médicos fueron normales, no apareciendo ninguna enfermedad física. En un principio negó padecer una situación estresante o haber sido víctima de algún trauma psíquico.
Sin embargo, más tarde se decidió a revelar una historia de abuso sexual por parte de su hermano y la pareja de su madre y violencia doméstica durante años. Sus síntomas eran debidos al intenso malestar provocados por los abusos y el ambiente de violencia que debía mantener en secreto.
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